Mapeando lo intrazable
/La quinta edición de Dissolve es el resultado de una colaboración particular: a lo largo de líneas geográficas, a través de imágenes y texto viajando como impulsos eléctricos (bajo océanos y en el espacio aéreo), y propuesta desde dos lenguajes distintos. Este es el resultado de una colaboración transnacional suscitada por intereses y objetivos similares; un constante esfuerzo de convertir amistades, conversaciones e ideas, en proyectos relevantes que nos permitan entender aún más profundamente las modalidades, espacios, conexiones e intersecciones que crean nuestra realidad.
“Necesitamos de manera crucial, mapear nuestra represión, nuestra fragmentación, y nuestra alienación—la manera en que el estado no nos permite decir ‘la totalidad’ de nuestras masas.” [1] - José Esteban Muñoz
Los artículos escritos para esta edición tratan el tema de la cartografía de una manera enteramente política—aunque no siempre de manera explícita—extendiéndose entre Bogotá, Colombia y San Francisco, EEUU; en español y en inglés. Este trabajo es un acto de confianza en la importancia de las colaboraciones transnacionales, la necesidad de intercambiar ideas abierta y libremente, y la certeza de que una mejor configuración de nuestros espacios sociales sólo podrá emerger de respuestas críticas a partir de múltiples perspectivas.
¿Cuáles son los límites que definen nuestro tiempo y espacio en el mundo?
Un mapa geográfico delinea los elementos más rudimentarios—líneas bidimensionales que denotan dónde comienza una cadena montañosa, o dónde se puede encontrar un lago. Un mapa nacional denota el comienzo de un estado o país y el fin de otro. ¿Cómo navegamos estas topografías de poder, dibujadas por aquellas fuerzas que soportan el capitalismo: el colonialismo, la raza, el género, la heteronormatividad, el patriarcado, etc.? En el momento en el que trazamos la periferia—un campo borroso de (des)conexiones—es cuando podemos comenzar a volcar estas estructuras del conocimiento, y proponer maneras alternas de percibir, eventualmente generando la posibilidad del cambio.
La historia no se mueve ni hacia atrás, ni hacia adelante, tampoco se mueve hacia arriba o hacia abajo; la historia es una red de ríos que fluyen a distintos ritmos y en distintas direcciones. Las estructuras de poder fluyen en una sola dirección, impidiendo el conocimiento más allá de los sistemas binarios en los que usualmente se basan. Las cartografías usualmente ignoran los espacios entre estas dicotomías, ya que siempre están delimitadas por el fin del universo (observable). ¿Cómo se puede concebir lo efímero y lo invisible más allá de los modos que utilizamos para entender y afectar el mundo? ¿Cómo pueden ser entendidos, sentidos, y pensados fuera de las limitaciones de la historia?
Los autores recopilados en esta edición, marcan lo pasajero y lo intrazable desde varios espacios de enunciación: lingüísticos, geográficos e ideológicos. Los siguientes artículos fueron originalmente escritos en español o en inglés, y traducidos a la lengua opuesta. Este ejercicio no sólo permitió la expansión de la base lectora de Dissolve, sino que también se convirtió en una manera de explorar los espacios comunes y aquellos extraños entre dos lenguas, y entre dos espacios geográficos. El proceso de traducción nos ha llevado a deternos en el espacios entre las palabras—en sus fisuras y en sus incongruencias. Este mapeo lingüístico ha constituido un proceso de localización de la periferia de las palabras, encontrando varisignificado más allá de su más directa y obvia aplicación.
¿Cómo han encontrado una voz para significar su identidad aquellos usualmente empujados y relegados a los espacios fuera de los mapas?
Halim Badawi, director de la Fundación Arkhé: Archivos de arte latinoamericano, confirma los prejuicios que han excluido los documentos y la memorabilia queer de los archivos oficiales. Este nuevo archivo reta los sistemas que regulan nuestro pasado común, a través de la creación de un acervo que incluye pornografía, imágenes de la vida gay nocturna, y ejemplos de artistas LGBTI. El acto de cuestionar lo que usualmente se considera como importante para ser preservado, es también realizado por Manuela Ochoa, quien cuenta la historia de madres víctimas del conflicto colombiano, describiendo la manera en que movilizan el arte como una manera de constituirse como sujetos políticos en un estado que no reconoce sus necesidades ni sus deseos.
Paula Méndez discute temas similares, desde la perspectiva de una arquitecta urbanista, quien identifica en las cartografías tradicionales una serie de limitaciones en el momento de entender nuestra experiencia del espacio público. Estos tres artículos vienen de un lugar específico de enunciación dentro del contexto colombiano, abordando la necesidad de reimaginar la identidad, la ciudadanía y el espacio social, de una manera más plural e inclusiva, luego de una guerra civil de más de cincuenta años.
Moira Roth contribuyó dos textos imaginativos y enigmáticos sobre aplicaciones abstractas en la creación de mapas, describiendo la apariencia de fenómenos astronómicos y los caminos de las mentes cuando duermen. Ambos provienen de su proyecto La Biblioteca de Mapas, presentado junto al nuevo trabajo de Joanne Easton, quien creó un libro de artista donde se mezclan imágenes telescópicas del espacio profundo, ciclos de crecimiento y regeneración, y combinaciones paradójicas de estructuras aparentemente inconexas.
Kylie White funde el arte y el concepto geológico del ‘tiempo profundo’—una manera de trazar el paisaje que transcurre eones en vez de siglos—a través de fotografías, dibujos, investigación y textos, como una manera de entender lo físico y nuestra relación con ello. A través de su trabajo, White colapsa los campos de la geología y el arte, expandiendo el potencial de cada práctica en el proceso.
Para la portada, Paula Morales creó un vídeo en el que explora el tema del intercambio entre San Francisco y Bogotá, utilizando su estética digital, que juega con la distorsión de realidades. Su trabajo explora patrones de migración y sus conexiones con el espacio material y digital, explorando investigaciones sobre animales, personas y culturas a través de extraños y llamativos paisajes digitales. Su obra artística se relaciona directamente con los temas que proponemos para esta edición, uniendo visualmente las múltiples narrativas que fluyeron durante el proceso editorial.
Finalmente, esta edición de Dissolve es un intento por trazar espacios que reten las configuraciones opresivas que nos presentan y permiten entender la realidad. El arte, los mapas, textos, fotografías y el vídeo contienen este potencial, siempre dispuesto a ser discutido, (re)interpretado, alterado y (re)significado. Únicamente cuando impedimos la posibilidad de ver algo más allá, cuando permitimos que la tinta proverbial se seque sobre el mapa, es cuando fallamos en nuestro intento por ver más allá del horizonte.
Juan Pablo Pacheco es un artista, curador e investigador basado en Bogotá, Colombia. Su trabajo propone reflexiones sobre el archivo, la memoria, y la materialidad del espacio digital. Finalizó su pregrado en Cine y Estudios Culturales en Connecticut College, y realizó una Maestría en Bellas Artes en el San Francisco Art Institute. Ha desarrollado proyectos de investigación, artísticos y culturales en Estados Unidos, Senegal, Francia, España y Colombia. Actualmente es profesor de artes visuales en la Pontificia Universidad Javeriana, y es Coordinador de Plataforma Bogotá, un laboratorio interactivo de arte, ciencia y tecnología.
Harper Brokaw-Falbo es una escritora y productora cultural quien trabaja en la intersección entre la Historia del Arte y la Teoría Urbanista, y una co-fundadora de Dissolve. Recientemente completó el Programa de Estudio Independiente del Whitney en Nueva York, con la beca Heleda Rubenstein en estudios críticos. Obtuvo su pregrado en Historia del Arte en la Universidad de Oregon, y su Maestría en Historia y Teoría del Arte Contemporáneo del San Francisco Art Institute.